Hacer clic en la imagen,para verla más grande.

martes, 23 de agosto de 2016

Valdepeñas (Ciudad Real).

Crónica Negra de España 18:

Aguacero Valdepeñas en 01-07-1979.

Pese a que toda la semana anterior  había sido veraniegamente tormentosa con lluvias intermitentes cada tarde, nada parecía indicar al alcalde  Esteban López Vega  que esa tarde del 1 de julio, tendría que hacer frente a la mayor tragedia vivida en Valdepeñas cuando el cielo abrió sus compuertas sobre el pueblo vinatero, desbordó el cauce natural de los arroyos La Veguilla y Jarosa y arrasó los barrios humildes del sur, después de dejar un rastro de caos y destrucción por buena parte del pueblo. El diluvio acabó con un balance siniestro: 22 personas fallecidas, centenares de familias sin hogar, miles de millones de pesetas de pérdidas y el temor a que el cielo volviera a abrirse sobre Valdepeñas. Esteban López Vega era el primer alcalde democrático de Valdepeñas elegido el 3 de abril de ese año, apenas tres meses antes.

Valdepeñas (Ciudad Real).
Calles de Valdepeñas.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.

Empezó a llover sin amenazas pasadas la una de la tarde y así siguió durante las próximas horas. Los truenos acompañaban con su sonoridad inquietante el aguacero. Había relámpagos y no dejaba de llover. Parecía una tormenta más. Ya escampará. Pero no escampó. 
A las tres y diez de la tarde del 1 de julio de 1979 el cielo se abrió sobre la cabeza de los valdepeñeros y sobre las suaves colinas de la Sierra de Cózar. 
Entonces empezó el diluvio.
El agua sobrevenida desde los cerrillos colindantes encauzó su furia por la Veguilla y el Jarosa, regatos de aluvión que juegan a ser río en su trazado por el casco urbano. El mal estado de los cauces, los trabajos agrícolas, la suciedad acumulada, restos de materia vegetal y el barro hicieron un conglomerado letal que taponó los viejos puentes y se tragó literalmente a ciudad. Tres horas duró el aguacero inmisericorde. El nivel del agua superó los dos metros y medio en las partes bajas, al sur.

Valdepeñas (Ciudad Real).
Calles de Valdepeñas.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.

Escenario dantesco
Cuando por fin escampó el escenario era dantesto: 48 calles quedaron anegadas. La popular zona de la Veguilla fue la más castigada. Las casas destruidas formaron una barrera natural que favoreció la crecida de nivel y el retroceso de las aguas. La zona del cerro de San Blas quedó sepultada por el fango, la cañada Romero separó en dos el pueblo por el norte y la carretera de San Carlos del Valle quedó cortada a la altura del cementerio. Un total de 15.000 hectáreas quedaron convertidas en un mar interior tras recibir 86 litros por metro cuadrado. El caudal de los arroyos Veguilla y Jarosa descargaron la escalofriante cifra de 150metros cúbicos por segundo sobre el coletor urbano.

El censo oficial del desastre habla de 39 industrias, 85 comercios y almacenes, 472 viviendas y 193 vehículos y un sinfín de enseres. Las pérdidas económicas, según las diferentes fuentes, hasta 3.000 millones de pesetas de 1979. La valoración del Ayuntamiento de los enseres perdidos se elevó a 1.230 millones de pesetas.

Valdepeñas (Ciudad Real).
Calles de Valdepeñas.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.

Valdepeñas (Ciudad Real).
Las autoridades inspeccionan el sistema del desagüe.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.
Valdepeñas (Ciudad Real).
Reparto de ropa en la Iglesia de la Asunción.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.

El corresponsal de este periódico en Valdepeñas, Ramón Fernández, escribió en su primera crónica con el suceso aún caliente en las calles: “El pavor y el histerismo entre los 7.000 habitantes de la parte damnificada en ocasiones dificultaba el rescate de las personas. Animales flotando, muebles, electrodomésticos. Un desastre, una ruina total. Por donde pasó la riada no dejó nada en su sitio”

Valdepeñas (Ciudad Real).
Un camión traslada varios cadáveres.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.

La zona norte, de influencia de la Cañada, quedó convertida en mar. No hubo daños materiales ni víctimas porque no había nadie: era campo sin urbanizar. 
Un antes y un después
Todo cambió sin embargo a partir de esa fecha que marca un antes y un después de la historia valdepeñera a la altura de otras datas como el 6 de junio de 1808 .
Quienes presenciaron la inundación, quienes se jugaron la vida tratando de salvar a los suyos, quienes dejaron una parte de sí en aquel aguacero indescriptible no lo olvidarán jamás. Se veían colchones flotando y sobre ellos gatos que maullaban, animales muertos medioenterrados en el fango, los habitantes de Valdepeñas sucios y destrozados. El dolor seco, frio, vino horas después cuando la calma sucedió al infierno y empezaron a contarse los muertos.

Valdepeñas (Ciudad Real).
Una mujer despide entre lagrimas a un ser querido.
Fotografía: Eduardo Merlo-Ayuntamiento de Valdepeñas.


Las autoridades, entre ellas el ministro de Obras Públicas, Sancho Rof y el alcalde de Valdepeñas, Esteban López Vega, comparecían ante los medios de comunicación y el 3 de julio se celebraron los funerales por las víctimas en la Iglesia de la Asunción a donde llegaron los féretros a bordo de camiones. La misa fue oficiada por el obispo Rafael Torija. Todo el pueblo acudió a los funerales y protagonizó una impresionante muestra de dolor silencioso. La tormenta que empezó con la rutina de todos los veranos acabó en una terrible pesadilla.
La tragedia puso de manifiesto las enormes carencias urbanísticas. “Ese mismo día debió nacer el Plan de Urbanismo”, dice el actual alcalde, Jesús Martín, bajo cuyo mandato se ha casi concluido la doma de la Veguilla y ahora se ocupa  de encauzar la Cañada Romero que atraviesa la zona norte con un rosario de enormes colectores.

Nombre de los identificados en el entierro: Marcelino Abad Simón, Mª del Rosario Escribano Felguera, Ana María Gómez González, Gregoria Sánchez Rodríguez, Jerónimo González Arenas, Vicente Cerros de la Torre, Juan Pedro Bellón López, Ignacia Díaz Lara, Felipa Cejudo Ruiz, Mª Josefa García Mora, Antonio García Abad, Victoria González Hervás, Ángela Pérez Sánchez, Amparo Pérez de la Hoz, Vicenta-Carmen Pérez de la Hoz –hermana  de la anterior–, Linarejos Pedrero Muñoz, Bernardina Gallego Moreno y Mª Luisa Martínez Román. Tras el sepelio se identificó la víctima 21: Carmen Núñez Barrios. El 6 de julio se localizó a Antonio Sánchez Rodríguez.



Valdepeñas (Ciudad Real).
Escultura Mural en homenajea las victimas.
Valdepeñas 2016.
Los nombres de las víctimas del suceso han quedado inmortalizadas en la placa que aparece en la escultura mural, obra del artista José Lillo Galiani y representa una figura de doliente semi sentada, con un ramillete de rosas en las manos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario