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lunes, 30 de abril de 2018

La Coruña.

La Coruña.
Fuente de San Andrés en 1967.
Todocolección.
La Coruña.
Calle General Mola ca.2018.
Mapas de Google.



domingo, 29 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Embarcadero de la Albufera.
Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu.


sábado, 28 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Postal de la Albufera en 1908.
Hijos de Blas Cuesta.
Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu.


viernes, 27 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Huerta de Orriols,a la izquierda el grupo de viviendas de la Calle Historiador Chabret sobre 1970.
Valencia.
Calle Duque de Mandas 2018.
Foto particular.


jueves, 26 de abril de 2018

Melilla.

Melilla.
Fábrica de Harinas de Nador en 1921.
Todocolección.
Melilla.
Nador.


martes, 24 de abril de 2018

Puebla de Farnals (Valencia).

Puebla de Farnals (Valencia).
Avenida Mayor sobre 1965.
Puebla de Farnals (Valencia).
Avenida Mayor 2018.
Foto particular.


lunes, 23 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Albufera de Valencia en 1988.



domingo, 22 de abril de 2018

Madrid.

Madrid.
Las Hermanas de la Caridad endulzan las fiestas de Navidad a los niños de la Inclusa en 1934.
Periódico Las Provincias.
Madrid.
La Inclusa,donde se abandonaban a los niños.

HISTORIA DE LA INCLUSA DE MADRID. 

En 1563, se crea en Madrid, en el convento de la Victoria situado junto a la Puerta
del Sol, con una iglesia muy visitada por la familia real y personajes de la Corte, la
Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y las Angustias con el fin caritativo de recoger a
los convalecientes que salían de los Asilos-Hospitales. En 1572 la Cofradía asume la labor
de recogida de los expósitos madrileños y para darles cobijo adquirió en 1579 un grupo de
inmuebles próximos al convento situados en la Puerta del Sol, entre la calle de Preciados y
la del Carmen. 
En el año 1929 la Diputación Provincial de Madrid, de la que dependen los
organismos de Beneficencia, dispone la construcción de un edificio totalmente nuevo para
alojar la Inclusa. La elección del sitio no es aleatoria. Se trata de un amplio terreno en la entonces alejada calle de O’Donnell, propiedad de la Junta de Damas que regía la
institución y donde muy poco después se construiría la Maternidad Provincial. Abierto al
campo que circundaba la ciudad por ese extremo, con amplias dependencias interiores y
grandes jardines, con una hermosa galería orientada al sur para que los internos pudieran
disfrutar del sol, el edificio supuso un revolucionario avance en el modo de atender a los
niños.
Procedencia de los niños.
Los niños acogidos en la Inclusa tenían diferentes procedencias:
1.- Recién nacidos abandonados en la calle, en las puertas de iglesias y conventos o
en los tornos que se habilitaron para ello en la propia Inclusa, en el templo de San Ginés, y
un tercero en el Puente de Segovia, junto al tramo del río Manzanares al que acudían las
lavanderas. Eran prácticamente siempre de padres desconocidos y los que llegaban en
peores condiciones físicas por lo que su índice de mortalidad era casi siempre del 100% en
los primeros días.
2.- Desde el Hospital de los Desamparados, donde existían unas camas para
atender a lo que se llamaba “paridas clandestinas”, cuyos hijos, nada más nacer, se
trasladaban a la Inclusa.
3.- Otros Hospitales de Madrid entre los que cabe destacar el de La Pasión o de
Antón Martín, dedicado en especial a enfermedades cutáneas como sarna, tiñas, úlceras y,
sobre todo, el mal gálico. Estos niños, en una buena proporción, pasaban al nacer a la
Inclusa pero sólo hasta que sus madres eran dadas de alta o, si éstas fallecían, eran
reclamados por el padre u otros familiares.
4.- En ocasiones, familias que estaban atravesando graves crisis económicas
dejaban a sus hijos recién nacidos y hasta a alguno ya mayorcito al cuidado de la Inclusa,
con el compromiso de recogerlo cuando la situación mejorase, cosa que en demasiadas
ocasiones no llegaba nunca a suceder. 
Los niños llegaban al torno en muy dispares condiciones. La mayoría, desde luego,
prácticamente desnudos o sin otra prenda de abrigo que unos trapos viejos o una astrada
manta. Otras, en cambio, llevaban alguna ropilla más cuidada y hasta no faltaba el que
mostraba detalles entrañables de cariño materno en forma de algún humilde adorno en la
ropa o algún objeto de devoción sobre el cuerpo. Era bastante frecuente que junto a la
criatura apareciese una nota, escrita las más de las veces con letra temblona, pero otras con
rasgos de una cierta cultura caligráfica. En esas notas se solía decir si la criatura estaba o
no bautizada, si, de estarlo, se le había impuesto algún nombre; en raras ocasiones se
aportaba algún detalle de su filiación como la clase social de la madre o de los padres, si
éstos estaban vivos, si su unión era o no legítima y, siempre se hacía un llamamiento a la
caridad de la Inclusa o de sus gestores. Estos datos, junto con los de los objetos que
llevasen encima, podían más tarde ser aducidos por la familia para identificar al niño si
decidían reintegrarlo al hogar. De todo ello se llevaba un meticuloso registro por escrito de
cuya existencia hay constancia en el archivo de la Inclusa de Madrid. En ese mismo
registro se anotaban todas las vicisitudes de la estancia del niño hasta que salía de la
institución. 
Finalmente, a comienzos de los años setenta se decidió su traslado a la ubicación actual en el Colegio de San Fernando, en la carretera de Madrid a Colmenar Viejo, volviendo a cambiar de nombre, esta vez por el de Casa de los Niños.
Texto extraído de este enlace,con mucha mas información:




sábado, 21 de abril de 2018

Foios (Valencia).


Foios (Valencia).
Plaza Mayor en 1923.
Foios (Valencia).
Plaza Mayor 2018.
Foto particular.


viernes, 20 de abril de 2018

Cecilio Pla i Gallardo.

Cecilio Pla i Gallardo.
El Pintor Cecilio Pla en 1902.
Ministerio de Cultura.


jueves, 19 de abril de 2018

Valencia.


Valencia.
Barracas típicas de la huerta Valenciana ca. 1939.
Todocolección.


miércoles, 18 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Avenida Doctor Peset Aleixandre 1976.
Valencia.
Avenida Doctor Peset Aleixandre 2018.
Foto particular.

martes, 17 de abril de 2018

Trubia (Asturias).

Trubia (Asturias).
Cañón Rotchkins en la Fabrica de armas de Trubia en 1898.
La revista Militar.
Ministerio de cultura.
Trubia (Asturias).
Ordenanzas esperando a los jefes en 1898.
La revista Militar.
Ministerio de cultura.
Trubia (Asturias).
Fabrica de armas de Trubia en 1914.

Trubia (Asturias).
Foto: Diana Sánchez Mustieles.

Antes de 1794, las fábricas reales de municiones se encontraban en el País Vasco pero la guerra contra los franceses hizo patente lo inadecuado del emplazamiento, dada la cercanía de la frontera con Francia: en el año citado las tres factorías vascas fueron destruidas. Ello llevó al gobierno de Carlos IV a buscar una nueva ubicación eligiendo Trubia por razones estratégicas y por la cercanía de minas para su abastecimiento. Nació entonces la conocida, en aquel tiempo, como Real Fábrica de Municiones y Armas portátiles, especializada en objetos suntuarios y armamento, estableciéndose entre 1794 y 1796. Es el testimonio más temprano de la industrialización asturiana. Posteriormente se abrió la Fábrica de Armas de Oviedo y en 1808 la fábrica de Trubia se convirtió en sucursal de la de Oviedo.
La fábrica, en sus primeros tiempos, contaba con unos altos hornos de carbón, talleres, forjas y, dentro del mismo recinto cercado, siguiendo el modelo de fábrica-poblado autosuficiente, las casas de los militares, las viviendas de los obreros con sus huertos y una capilla. De estas construcciones hoy día no quedan restos puesto que fueron destruidas en posteriores reformas.
En 1808 cesó su producción ante la entrada en Asturias de las tropas francesas que tenían como uno de sus principales objetivos la devastación de esta fábrica, provocando la huida de muchos militares y obreros. El parón duró hasta 1844.
Se ocupó de la reapertura Francisco Antonio Elorza y Aguirre, director de la fábrica hasta 1867, dándole un extraordinario empuje. Diversificó la producción con la elaboración de cañones y piezas de hierro colado, ornamentos y bustos y estatuas. Duplicó el suelo fabril donde levantó unos nuevos altos hornos y talleres. Junto a los desaparecidos talleres de Príncipe Alfonso y de fundición de cañones, se construyó el de Artillería, a finales de la década de los cuarenta del siglo XIX. Éste, de estilo isabelino, destaca por sus grandes arcadas de medio punto y cubierta de chapa de hierro. Se abrió, además, una sala de dibujo y la primera escuela de aprendices de España. Igualmente, Elorza se ocupó de una serie de infraestructuras importantes para el desarrollo de la fábrica: un puente sobre el río Nalón y otro sobre el Trubia y varios caminos carreteros para el abastecimiento de coque y hierro. También se construyeron en este período cuarteles para operarios, pabellones para oficiales, el palacio del director, un cementerio, cantina, paseos arbolados, jardines y plazas y más casas para los obreros, como el grupo de Junigro, que ahora cruzan el río.
Sabemos, además, que, en busca de su autoabastecimiento, la fábrica contaba, entre otras cosas, con un taller de ladrillos refractarios para el revestimiento de sus hornos. También tenía un ferrocarril que comunicaba las distintas secciones del recinto y éste con la vía del Ferrocarril del Norte.
Con la introducción de nuevas técnicas en la fabricación de artillería, como la metalurgia del acero, se reformaron nuevamente las instalaciones y, en 1900, se levantó un taller de aceros, que destaca por el empleo de cristal y hierro para su construcción, donde se instalaron hornos Siemens.
El estallido de la I Guerra Mundial hizo que la fábrica viviese un momento de gran auge productivo que se alargó hasta el año 1919. El aumento de producción trajo consigo una reorganización del espacio: se sacaron fuera del recinto las viviendas y los edificios de servicios y se levantaron nuevos talleres que son los que hoy día continúan en pie. En esta época surgieron nuevos talleres de fragua, de carpintería y de proyectiles así como el edificio administrativo, de planta alargada y con dos plantas, situado en un extremo del recinto y junto a la orilla de la carretera a Oviedo. Se erigieron nuevos chalets y residencias de ingenieros y oficiales además de viviendas para los operarios. Pero, además, la fábrica no sólo se preocupaba por su buen funcionamiento sino que también pensaba en el bienestar de sus trabajadores porque lo que ahora se construyeron la capilla, el casino y un parque.
A partir de los años 50 del siglo pasado se inicia un período de crisis con una considerable reducción de la producción. En la actualidad se encarga de la construcción de obuses y blindados para el ejército.


lunes, 16 de abril de 2018

Francisco García Escalero " El Matamendigos"

Crónica de España 57:


Francisco García Escalero: (Madrid 24 de mayo de 1954 - Alicante 19 de agosto de 2014) conocido como "el matamendigos" o el "asesino de mendigos" fue un asesino en serie, que practicaba la necrofilia y el canibalismo. En 1996, la Audiencia Provincial de Madrid declaró probados los asesinatos de 11 personas, si bien le fue aplicada la eximente de responsabilidad penal por enajenación mental, al concurrir en él según los psiquiatras forenses esquizofrenia, alcoholismo, necrofilia, etc. Por esta razón resultó absuelto de sus delitos pero fue internado en el psiquiátrico penitenciario de Alicante.

Francisco García Escalero " El Matamendigos"

Nació en Madrid el 24 de mayo de 1954. Criado en una zona de chabolas a 200 metros del Cementerio de la Almudena, demostró ser un niño reservado y solitario, que le gustaba pasearse por los nichos de noche. También es característico de su personalidad su poca formación (apenas fue a la escuela) y con una precaria salud. De hecho, en seguida se notaron sus impulsos suicidas lanzándose a los coches. Este comportamiento irritaba a su padre, quién a menudo le correspondía con brutales palizas.
En 1970, García Escalero ingresa en el psiquiátrico. En ese ambiente empieza a cometer los primeros delitos (pequeños hurtos) a la vez que exploraba casas abandonadas y espiaba a mujeres y parejas por la ventana mientras se masturbaba. Tres años después, sería ingresado en un reformatorio por robar una motocicleta y, al salir de allí, comete su primer delito de importancia: junto a unos amigos atraca a una pareja en las inmediaciones del cementerio de la Almudena. Violan a la joven en presencia de su novio, por lo que fue condenado a 12 años de cárcel. Durante esa temporada en la prisión se cubre el cuerpo con tatuajes, algunos con frases tan significativas como: "Naciste para sufrir".

Al salir de la reclusión, se aficiona a la bebida y a la toma de pastillas, por lo que a veces muestra un comportamiento agresivo y muy violento. En el aspecto psiquiátrico, empieza a sufrir alucinaciones auditivas, una serie de voces que le piden que cometa nuevos crímenes y que profane cementerios. Estas alucinaciones provocaron la personalidad asesina de García Escalero. Su primera víctima es Paula Martínez, una prostituta toxicómana con la que contacta en la calle Capitán Haya, de Madrid. En agosto de 1987, Paula aparece en las afueras de Madrid decapitada y calcinada.

Francisco García Escalero " El Matamendigos"
Francisco García Escalero, escoltado por la Guardia Civil en 1995.

A partir de aquí subiría la brutalidad de los crímenes y sus actitudes asesinas son cada vez más atroces. García cose los cuerpos a cuchilladas por la espalda, les machaca el cráneo con piedras o los decapita sin más, a algunos incluso les saca las vísceras o el corazón con una navaja (a veces incluso probando un bocado de estas partes mutiladas). Posteriormente, para borrar el rastro, quemaba lo que quedaba de los cadáveres y les cortaba las yemas de los dedos.

A la vez que asesinaba, la combinaba con actos de necrofilia, profanando las tumbas de los cementerios. De vez en cuando saltaba las tapias del cementerio de la Almudena y rompía algún nicho, sacaba los cuerpos de la fosa y abusaba de ellos sexualmente.

Los asesinatos de García se seguirían sucediendo. En marzo de 1989, un mendigo llamado Ángel, aparece semidecapitado y con las yemas de los dedos amputadas. Dos meses después, en mayo, un indigente de 65 años por nombre Julio, aparece con el cuerpo cosido a puñaladas, el pene amputado y su cuerpo carbonizado. Sus siguientes cinco víctimas aparecen también mutiladas, quemadas y decapitadas.

La investigación criminal no encuentra solución a este macabro rompecabezas hasta que pasados siete años desde el primer crimen, la policía se pone en la pista cuando Francisco y su amigo y compañero de correrías Víctor Luis Criado se fugan juntos del hospital psiquiátrico Alonso Vega de Madrid. Juntos se dedican a beber. Cuarenta y ocho horas más tarde, Víctor aparece muerto con el cráneo hundido y quemado entre papeles y mantas en la tapia de la iglesia de los Sagrados Corazones. Después de cinco años cometiendo asesinatos, un día esas voces le incitan a suicidarse. Aunque se arroja contra un coche, sólo se fractura una pierna. Una vez en el hospital, confiesa sus crímenes a las enfermeras y les suplica que le detengan para evitar que siga matando.

Escalero es detenido por la policía, y confiesa: "Compré bastante vino, y él también bebió. Recuerdo que le di con una piedra en la cabeza y... luego lo quemé..." En abril de 1994, en Madrid, saltó a los medios de comunicación la noticia de que un mendigo de 39 años, Francisco García Escalero, mató a sangre fría a 11 personas.2? Fue la primera confesión, a partir de ella Francisco García Escalero relató a la policía uno por uno, catorce asesinatos. No ahorró detalles, incluyendo la satisfacción que experimentaba cuando mantenía relaciones sexuales con los cuerpos sin vida de las víctimas, o lo que les costaba matarlos.

Francisco García Escalero " El Matamendigos"
Imagen: Onda Cero radio.

"Lo maté. Estuvimos bebiendo en el parque al lado del cementerio y tomando pastillas.
Me las pedía el cuerpo para poder hablar mejor. Luego le dije dónde íbamos a dormir y en el cementerio sentí las fuerzas, me daba impulsos, cogí una piedra y le di en la cabeza, le quemé con periódicos y luego me fui a dormir al coche y al día siguiente al hospital. Ahora me siento con la mente en blanco, como si estuviera muerto".

Fue juzgado en febrero de 1995. El informe de todos los forenses coincidió en que su peligrosidad continuaba, pero no era responsable de sus actos, el mendigo asesino fue absuelto por enajenación mental, producto de su alcoholismo crónico y su esquizofrenia. Pasó a la prisión de Fontcalent donde los trabajadores siempre dijeron que tenía un trato amable y nunca volvió a mostrarse violento.

Francisco García Escaleno muere en la prisión de Fontcalent tras ir a un reservado de la sala común de la prisión con una ciruela, postre de la cena. Previa autopsia no se puede saber si fue un paro cardíaco o un atragantamiento.
Información extraída de este enlace:



domingo, 15 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Plaza del Caudillo sobre 1972.
Valencia.
Plaza del Ayuntamiento 2018.
Foto particular.


sábado, 14 de abril de 2018

Mendavia (Navarra).

Mendavia (Navarra).
Ermita de Nuestra Señora de Legarda en el año 1978.
Todocolección.
Mendavia (Navarra).
Ermita de Nuestra Señora de Legarda ca. 2018.


viernes, 13 de abril de 2018

Girona.

Girona.
Dependientas del estudio fotográfico "Lux"
Barber-Pereferrer en 1920.
Fons Foto "Lux"
Ayuntamiento de Girona CRDI.



jueves, 12 de abril de 2018

Palas de Rey (Lugo).

Palas de Rey (Lugo).
Mujeres en la feria en Palas de Rey en 1961.
Foto: Angel I. Fernández.


miércoles, 11 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Avenida del Puerto sobre 1900.
Diputación de Valencia.
Valencia.
Avenida del Puerto 2018.
Foto particular.


martes, 10 de abril de 2018

La tragedia del rió Orbigo en 1979.

Crónica Negra de España 56:


El 10 de abril de 1979, martes santo, una excursión escolar de niños de EGB (Enseñanza General Básica) del colegio Vista Alegre regresaba a Vigo tras visitar Toledo y Madrid. 59 personas viajaban en el autobús Pegaso. Se salvaron nueve niños y un soldado. Fallecieron 45 niños de entre doce y catorce años, el conductor y tres profesores.

La tragedia del rió Orbigo en 1979.
Agencia EFE.

Después de parar a comer en Benavente, hacia las 16:30 el autocar derrapó al tomar una curva en el puente sobre el río Órbigo de la carretera comarcal 650 a la altura de Santa Cristina de la Polvorosa, pueblo muy cercano a Benavente, en la provincia de Zamora.

La parte trasera del autocar tocó en el pretil del puente y el vehículo patinó hasta el otro lado de la carretera, donde se precipitó en el río, que justamente en ese punto presentaba un pozo de unos siete u ocho metros de profundidad. El río iba muy crecido aquellos días.

La tragedia del rió Orbigo en 1979.

Rápidamente llegaron al lugar del accidente personal de Cruz Roja y Bomberos de Benavente, pero el rescate fue dramático por la fuerte corriente y la temperatura –gélida- del agua. “La colaboración de vecinos del pueblo de Santa Cristina y de viajeros que se detuvieron a su paso por el lugar del accidente fueron decisivas”.

Surgían las hipótesis sobre las causas, encabezadas por un posible exceso de velocidad pero también se recogía el testimonio de una vecina del pueblo, que decía que había oído contar a una de las niñas rescatadas con vida que unos niños echaron polvos pica-pica al conductor, que llevaba los ojos llorosos por esa razón.

La tragedia del rió Orbigo en 1979.
Familiares del siniestro.

El soldado José Antonio Arias Varela subió al autobús porque encontró por el camino a un profesor conocido, que le invitó a subir. Volvía a pasar la Semana Santa a Vigo desde La Línea de la Concepción y una parte del trayecto la hizo en un camión. Superviviente de la tragedia, relató así lo sucedido: “Llevábamos cinco o diez minutos de viaje y los niños estaban organizando concursos de canto; yo estaba sentado delate del profesor amigo mío y me ocupaba de arreglar las maletas de los niños cuando ocurrió el accidente. Los que nos salvamos fue porque tuvimos la suerte de salir despedidos a través del cristal delantero, que se rompió por un golpe. En los primeros momentos no podía nadar, porque me lo impedía el peso del uniforme y, además, tenía las piernas ateridas de frío. Tuve que sobreponerme y, haciendo un esfuerzo, conseguí estabilizarme en el agua y dejarme arrastrar por la corriente hasta poderme agarrar a un árbol de la orilla.”

La tragedia del rió Orbigo en 1979.

Se echaba la noche, llegaban familiares de los niños y se sucedían escenas dramáticas porque además de los supervivientes sólo pudo recuperarse un cadáver. La indignación creció al día siguiente porque sólo se pudo recuperar dos cadáveres y ni siquiera se pudo localizar el autobús. Nos da una idea de cómo fue el operativo de rescate una noticia muy reciente. Rememoraba Santiago García Calles, 32 años al frente de Protección Civil de Zamora,  este episodio en el año 2011, cuando fue condecorado: "Un día gris de Semana Santa en el que hubo muchos muertos y sobrevivieron diez niños, y me juré por aquel entonces que aquella desorganización no volvería a ocurrir en esta provincia. No sé si lo hemos conseguido, aunque creo que sí".

Los padres de aquellos niños estaban indignados. Voló en helicóptero la Reina desde Baqueira, donde pasaba sus vacaciones, hasta el hospital de Benavente y allí la abordaron con dureza pidiendo que los fotógrafos no retrataran aquellas escenas. Uno de ellos le dijo: “Aquí no se está haciendo nada para recuperar a nuestros niños. Sobran guardias civiles que echen a la gente de los alrededores del puente y falta quien trabaje en el río para hacer algo que nos devuelva los cuerpos de los seres que perdimos”. Otro añadió: “Aquí sobran coches oficiales y uniformes, y falta lo que más necesitamos, hombres que se echen al río para sacar a nuestros hijos.”

La tragedia del rió Orbigo en 1979.
Periódico El Caso.

Carlos Álvarez Leiva, capitán de Sanidad Militar, escribió en EL PAÍS sobre el desastre organizativo vivido y la falta de una protección civil efectiva. "En este tipo de siniestros siempre se necesita, con ligeras variantes, los mismos medios, personal sanitario, equipos de rescate, equipos electrógenos, de desincarceración, de iluminación, etcétera. Estos medios, todos, existen en nuestro país. Están absolutamente incoordinados, cada uno depende, pertenece y está en una dependencia distinta y, lo que es peor, cada uno sabe lo que tiene, pero no sabe los que posee otro organismo, con lo que, en ocasiones, se piden elementos porque ignoramos su propia existencia y, a veces, en el maremagnum de improvisación se han llegado a pedir al extranjero. Es imprescindible unificar criterios de acción, abandonando el protagonismo de las distintas instituciones cuando un suceso de esta categoría se presenta y, lo que es peor, se repite."

Una semana después de caer al río el autobús, aún quedaban por rescatar de las aguas cinco víctimas, y el 26 de abril se suspendió la búsqueda de víctimas cuando aún no habían aparecidos los cuerpos de cuatro niños. A los pocos días informó EL PAÍS de la llegada de un vidente de Vigo para localizar esos cadáveres. Otro más apareció a mediados del mes de mayo. Y no se encuentran más noticias posteriores.

La tragedia del rió Orbigo en 1979.

EL PAÍS publicó un comentario de Pérez Ornia sobre la cobertura que se ofreció en televisión del accidente. Era demoledor de principio a fin. Inútiles fue el título elegido. Se contaba la peripecia de los periodistas y técnicos de TVE para cubrir la información del accidente. El día de la tragedia (ocurrida a las 16:30) no pudieron verse imágenes en televisión, ni en el telediario de la noche ni en las Últimas Noticias que se emitían casi a medianoche.Lo peor fue que en el telediario de la tarde del día siguiente, casi 24 horas después del accidentre, se recurrió a imágenes facilitadas a TVE por Eurovisión. La crítica apuntaba que podían ser de la BBC o de la agencia Visnews. La crítica culminaba afirmando que "redactores de los medios informativos de TVE expresaron a EL PAÍS sorpresa e indignación por la negligencia de los altos cargos. TVE pudo haber enviado dos automóviles, uno de los cuales regresaría urgentemente a Prado del Rey. TVE pudo haber enviado, en vez de cámaras de cine, cámaras de vídeo y, por último, TVE pudo haber desplazado un helicóptero con equipo de vídeo y así habría informado con imágenes en la segunda edición del telediario del martes. El helicóptero se utiliza habitualmente para cubrir informaciones deportivas (por ejemplo, competiciones ciclistas) y TVE se sirve del transporte aéreo en numerosas ocasiones de muy distinto interés informativo."

Tres días más tardes se publicó una carta al director de José Luis Sanz, mencionado de forma crítica en el comentario sobre la cobertura televisiva del accidente. Este colaborador de TVE y periodista de Informaciones permaneció en Benavente la noche posterior al accidente y esa decisión la cuestionó Pérez Ornia en su crítica. Así replicó Sanz: "Tú serás un buen crítico de televisión, pero como periodista esta vez te mereces un cero. Todo buen profesional, antes de publicar una noticia, tiene el deber de contrastarla con otras fuentes de información (eso lo aprendí muy bien de tu director Juan Luis Cebrián y de Jesús de la Serna), y esto es precisamente lo que tú no has hecho, porque a mí nadie me obligó a quedarme en el lugar del accidente."

El dolor que aún provoca recordar lo sucedido, a pesar de los años transcurridos, genera dudas sobre el tratamiento de otra derivada informativa de este accidente. Se ha hablado de la existencia de apariciones, ecos, huellas de manos que aparecen en el lugar del accidente... es preferible escuchar el audio completo.

Fue una tragedia imborrable.
Información extraída de este enlace: http://blogs.elpais.com/fondo-de-armario/2014/04/orbigo.html


domingo, 1 de abril de 2018

Valencia.

Valencia.
Niñas en la Huerta Valenciana junto a una Barraca.
José Durá Pérez.
Todocolección.